martes, 15 de abril de 2014

Arteterapia

La terapista Thusnelda Covarrubias, en su monografía para optar a la Especialización en Arteterapia, comparte toda una investigación acerca de la posibilidad de usar la terapia del arte como herramienta para lograr el crecimiento y descubrimiento personal. Es un estudio de caso, aplicado a una joven de 23 años, sin patologías aparentes y funcionaria de un hospital. 


El estudio se basa en una sesión semanal, durante tres meses de terapia, fundamentada en el hecho de que toda persona tiene, en forma innata, capacidad para expresarse de manera creativa. Esto permite que la persona que recibe la terapia pueda obtener cambios favorables en su personalidad y formas de vivir; todo por lograr un mayor conocimiento de sí mismo y por la conexión con su mundo interno e incluso con sus imágenes personales.

Lo más relevante en esta terapia, como en toda terapia del arte, fue la persona y el proceso, no la obra final. Las actividades se convirtieron en un medio de comunicación no verbal (aunque también existía la misma). La terapia en general fue semidirigida, como puede observarse en los registros y en las explicaciones de la autora y terapista, con mayor libertad en las sesiones finales. 

Se le permitió a la paciente (así le llama esta autora a la activa receptora de la terapia, yo llamo a mis estudiantes “participantes” del taller) tener un lugar para expresarse con confianza y desde la tercera sesión se observó una transformación. Pudo expresar que ella era hija de dos hermanos y cómo se sentía por ello. La terapia la ayudó y le permitió conectarse consigo misma, reconoció sus fortalezas y la necesidad de “quererse y cuidarse más”. También descubrió que las artes son un medio de expresión que podría utilizar incluso después de la terapia.

En mi caso utilizo las artes como terapia con mis estudiantes todas las tardes. He trabajado incluso con niños y adolescentes insertados o reinsertados en el sistema educativo luego de severos problemas familiares o de salud por los que se encontraban no escolarizados. Puedo confirmar que el poder de las artes es maravilloso e inigualable. He visto niños avanzar tres años escolares en pocos meses y a jóvenes aprender a leer y escribir a velocidad asombrosa luego de un mes de terapia. He descubierto abusos sexuales en niños a través de dibujos y he conocido el placer de resolver conflictos familiares graves integrando a la familia a las actividades artísticas de sus niños. Creo firmemente en el poder de las artes como medio de expresión cuando es difícil hacerse oír de otra manera, cuando no se saben decir las cosas o sencillamente no se pueden decir. 

Y, por su puesto, como en el estudio de Covarrubias, pienso que no es necesario esperar a que las personas tengan problemas severos para que hagan Arteterapia: que los niños estén mal en la escuela o que las personas tengan un trauma, simplemente las artes deberían ser la base de nuestros aprendizajes en la escuela (seríamos todos adultos más creativos en la resolución de conflictos, más seguros y apreciaríamos más las artes). Y es que las artes deberían estar siempre al alcance de todos. 

En países de todo el mundo se han utilizado y se utilizan las artes como apoyo para diversas necesidades. Es a partir del siglo XX cuando se comienza a usar el arte como apoyo terapéutico, teniendo como uno de los pioneros, al psiquiatra e historiador de arte alemán, Hans Prinzhorn (1886-1933).

Los psicólogos Freud (1856-1939) y Jung (1875-1961) estudian los símbolos, específicamente el lenguaje simbólico del inconsciente y revalorizan el período de la niñez por su valor en el proceso de formación de la personalidad y en el área de la pedagogía, se comienzan a aplicar y estudiar métodos activos de enseñanza, innovadores como los de Decroly (1871-1932), Montessori (1870-1952) y Rudolf Steiner (1861-1925), muy inclinados a la utilización de la creación artística como parte importante del proceso de aprendizaje. 


Otros precursores del Arteterapia fueron Adrián Hill (1895-1977), Margaret Naimburg (1890-1983), y Edith Kramer (1916). Adrián Hill fue un artista estadounidense que, recluido en un hospital durante la Segunda Guerra Mundial, pintaba e incitaba a otros pacientes a pintar, convirtiéndose pronto en un trabajador más del hospital.


Margaret Naimburg fue una educadora que tomó cursos con los reconocidos John Dewey y María Montessori y que fundó en 1915 la Escuela Progresista Walden en Nueva York.

(…) la primera clase incluye a los hijos de un famoso psicólogo, un profesor universitario, un profesor de arte, y un conocido escritor y activista político. The school was perceived as part of a movement to “free the arts.” It was praised highly in the press and had strong support from the intellectual community. La escuela es percibida como parte de un movimiento "libre de las artes." Fue muy elogiada en la prensa y tuvo un fuerte apoyo de la comunidad intelectual (…) El énfasis en la Escuela de Walden fue sobre "El desarrollo de las capacidades de los niños," no la "acumulación de conocimientos". (Altman, 2009).


Edith Kramer fue una educadora, artista y terapista del arte que a partir de 1930 se dedicó a dar clases a los hijos de refugiados de la Alemania Nazi. Se apoyaba en el pensamiento psicoanalítico de Freud y ayudó a niños y niñas con todos los desórdenes emocionales o sociales conocidos. Para 1950 y hasta 1957 trabajó la terapia del arte con niños de la escuela Wiltwyck, dedicada a la rehabilitación de niños con desórdenes emocionales, provenientes de los barrios bajos de la ciudad de Nueva York.

Edith Kramer (1982) señalaba que la aspiración básica del terapista del arte ha de ser: 


Hacer accesible a personas perturbadas el goce y la satisfacción que el trabajo creativo puede proporcionar, y, por su percepción y destreza terapéutica, hacer que dichas experiencias sean significativas y valiosas para la personalidad total (…) El terapeuta integra diversas disciplinas. Es al mismo tiempo artista, terapeuta y maestro. Mantener un sano equilibrio entre sus diversas funciones es su mayor habilidad. (p. 23)


En el campo de la educación artística, Viktor Lowenfeld (1903-1960) también se destacó al definir y desarrollar esta área en los Estados Unidos. Nacido en Austria, estudió Arte y Psicología y, sin haber acabado sus estudios, trabajó en el Instituto para Ciegos. Sigmund Freud leyó un artículo sobre el trabajo de Lowenfeld con los invidentes y le hizo una visita a su instituto. Como resultado, Lowenfeld muy motivado, se implicó de lleno en la investigación científica, elaborando sus ideas sobre los usos terapéuticos de las actividades creativas.

En 1947 publicó Creative and Mental Growth, que se convirtió en el volumen más importante en educación artística durante la última mitad del siglo XX, el cual describía las características de las producciones artísticas de los niños en cada edad.


Lowenfeld y Lambert (1980) definen las actividades representativas en cada edad o etapa, ubicándolas en estadios: garabateo, preesquemático, esquemático, comienzo del realismo, seudonaturalismo y período de la decisión. Es importante destacar que, según su estudio, a partir de los 2 años un niño ya puede hacer garabatos y a los 11 ó 12 años puede ocurrir el fin del desarrollo artístico, a no ser que exista en el entorno un ambiente propicio para la creación.
  
Etapas de Desarrollo Artístico
Edad en la que generalmente empieza a manifestarse
Etapa
Actividades representativas
Desde los 2 años
Garabateo
Dibuja  haciendo trazos desordenados en el papel.
4 años
Preesquemática
Primeros intentos de representación.
7 años
Esquemática
Desarrolla un concepto definido de la forma. Las representaciones simbolizan parte de su ambiente de forma descriptiva.
9 años
Comienzo del realismo
(etapa de la pandilla)
Las representaciones están llenas de muchos detalles. Se observan diferencias sexuales en las figuras humanas.
11 años
Seudonaturalismo
(etapa del razonamiento)
Para muchos marca el fin del desarrollo artístico. Ya no crea de forma inconsciente lo que conoce sino representa de forma consciente lo que ve.
14 años
Período de la decisión.
Desarrollo de un conocimiento consciente del arte.
Se interesan por perfeccionar sus técnicas artísticas.
Nota. Información tomada de Lowenfeld  y Lambert (ob. cit.). Cuadro elaborado por la autora.


En 1959 fue fundada en Italia, la Sociedad Internacional de Psicopatología de la Expresión (ISPE),  por psiquiatras europeos algunos de ellos vinculados en su formación con  Prinshorn. Por otro lado, más tarde, en 1964 empiezan a surgir las primeras  asociaciones profesionales de arteterapeutas, en Francia la Societé Française de Psychopathologie de l’Expression y en el Reino Unido la BAAT (British Association of Art Therapists). En 1969 se funda la AATA (American Art Therapie Association) en EEUU que actualmente posee programas de formación en el área y publica Art Therapy: Journal of the American Art Therapy Association.

En 1973 se crea, dentro del Centro Psiquiátrico Nacional de Río de Janeiro, el Museu de Imagens do Inconsciente a cargo del doctor Nise da Silveira, con más de 300.000 obras.

En 1991 se funda el consorcio de universidades ECARTE (The European Consortium for Arts Therapies Education), que reúne a diversas universidades y cuyo propósito es regular los cursos de formación en las diferentes terapias artísticas a nivel europeo. Actualmente lo componen 32 miembros de 14 países europeos.

En Gran Bretaña desde 1999 la Arteterapia cuenta con un estatus profesional reconocido dentro del servicio de sanidad.

Las iniciativas que se han desarrollado en Perú las vemos identificadas como Terapia de Artes Expresivas vinculada a la propuesta realizada por la Dra. Natalie Rogers, hija de Carl Rogers, quien propone la Terapia Expresiva Centrada en la Persona a partir del principio de que el arte y la expresión sirven al crecimiento personal y grupal. (Guadiana, 2003).

En Venezuela fue usada la Arteterapia con resultados muy positivos, en 1999, cuando la lluvia inundó gran parte del estado Vargas y las pérdidas fueron eminentes, tanto materiales como humanas. Gutiérrez (s.f.), trabajó con niños y niñas diagnosticados con estrés postraumático y su experiencia (apoyada en el enfoque psicoanalítico) ha permitido conocer las posibilidades terapéuticas del arte dentro de nuestro propio territorio y adaptadas a diversas particularidades.

De igual manera existen centros reconocidos que se dedican actualmente a la terapia artística como la Conexión Red de Apoyo Humano, ubicado en Chuao, Caracas, con Terapeutas Artísticos que atienden diversas dolencias y trastornos (como ansiedad, depresión y estrés), apoyados en un equipo multidisciplinario conformado por psiquiatras, psicólogos, psicopedagogos y  terapeutas.

Como vemos, el Arteterapia puede ser llevada a cabo bajo la dirección de psiquiatras, psicólogos, artistas y perfectamente pueden ser dirigida también por un maestro de aula, siendo más eficaz, en casos complejos, contar con la ayuda de un psicólogo, psiquiatra infantil o neuropsiquiatra, dependiendo del caso.

Es importante dejar claro que el uso de la Arteterapia en la Escuela debe estar orientado al desarrollo personal y no al trabajo terapéutico ya que esto no corresponde al maestro.

            Un taller de Arteterapia para niños, por ejemplo, puede ser muy eficaz para la introversión. La introversión se puede percibir en aquellos niños o niñas que mantienen relaciones insuficientes con sus iguales, los evitan, se aíslan y sufren ansiedad social. Puede que no sea un problema para el maestro, para los otros alumnos ni para la dinámica de la clase, pero lo es para el desarrollo de la personalidad del niño. Normalmente estos alumnos presentan baja aceptación social, lo cual no los ayuda en la solución de su problema, sino que puede empeorar la situación si el maestro o algún adulto responsable no interviene y ayuda a mermar las dificultades y sus consecuencias.

            He notado que esta terapia en mi centro refuerza las conductas sociales, ya que existe una necesidad de compartir materiales con los semejantes para la creación de una obra individual o colectiva que, usualmente, será un reflejo de lo que desean expresar pero no encuentran otros medios. Una vez creada la obra, al no existir “buenos” ni “malos”, “bonitos” o “feos”, se refuerza la actividad expresiva, con la atención de los otros (docentes y estudiantes), sin que haya posibilidades de burla o rechazo. 

            Por lo general en los colegios hay muchos  estudiantes por aula, lo que dificulta la expresión de las particularidades y el objetivo diario no es precisamente la expresión, sino el aprendizaje de la lectura y escritura, así como las matemáticas y otras materias. El espacio de expresión que ofrece mi taller de Arteterapia facilita oportunidades para el desarrollo social y emocional de los estudiantes cuyos efectos positivos se extienden más allá del grupo del taller, lo que incide directamente en la disminución de las conductas de introversión en los participantes.

El maestro en una sesión de Arteterapia, es un terapeuta del arte, lo que significa que es un cómplice del niño en su aventura creativa y debe aportar asistencia técnica y apoyo emocional. Debe inspeccionar y responder a los aspectos tanto ocultos como evidentes de la producción artística y del comportamiento del niño. Por regla general, no debería interpretar directamente el significado inconsciente (en cualquier caso ha de recurrir al psicólogo), pero usará sus conocimientos para asistir al niño en la producción de trabajo artístico que contenga y exprese material cargado emotivamente.
           
            Está dentro de las funciones del docente, en las sesiones de Arteterapia, el que permita a los estudiantes que realicen sus obras en libertad, admitir el disfrute del proceso creativo sin muchas reglas o instrucciones y aprobar y estimular la culminación de cada obra. El poder culminarlas y guardarlas en su portafolio o mostrarlas a sus compañeros y/o familiares, se convierte por sí mismo en el mejor de los incentivos. Esto es importante ya que los alumnos se concentran más porque son ellos mismos los que le asignan la relevancia a lo que hacen, así que van desarrollando sus niveles de atención acorde a sus necesidades emocionales e intereses particulares.
           
            El educador que lleve a cabo el proceso de Arteterapia ha de comprender que las actividades o técnicas han de ser básicamente adaptadas a cada niño o niña de forma individual, basadas en sus requerimientos, necesidades e intereses y procurando que sean siempre  de creación o invención.

            No se deben estimular las copias ni la realización de modelos estereotipados, tampoco hay trabajos “bonitos” o “feos”, simplemente hay necesidades de expresión y expresiones plásticas.

Al hacer uso de la Arteterapia con niños y jóvenes que no estaban acostumbrados a la dinámica escolar, he podido notar que se logra desarrollar en ellos la motivación intrínseca y se promovió el desarrollo de un objetivo personal que surgía de sus necesidades expresivas. Las actividades del taller se convirtieron en tareas significativas y personalmente relevantes. Su realización les permitió una expresión libre, algo que con dificultad se lograba en el aula regular.

La Arteterapia ayuda a que los estudiantes sean capaces de autodirigirse al logro de objetivos establecidos.  Ello les permite concentrarse en el logro de los mismos al trabajar de manera sistemática en una obra hasta concluirla.  De esta manera la Arteterapia ayuda a disminuir el déficit de atención en los participantes.
           
            En mi taller de Arteterapia se promueve que toda la atención se centre en los momentos de creación y expresión de los niños con tendencias agresivas, así como al resultado de sus trabajos artísticos: sus obras. Esto permite que los estudiantes aprendan diversas formas de llamar la atención, pedir ayuda o expresarse por vías no violentas.

  La existencia de talleres como este en las escuelas sería un paso importante para eliminar la segregación en el sistema educativo, debido a que se buscan estrategias y espacios incluyentes para que el derecho de educación para todos sea una realidad y además exista un aprendizaje colaborativo. No importan las diferencias, todos nos unimos a través de la creación, ya sea individual o colectiva, y nos respetamos.

            Desde mi punto de vista las actividades del educador siempre deben estar alineadas hacia el desarrollo de las potencialidades de los estudiantes, nunca a la atención del estudiante como un paciente.

El docente en una sesión de Arteterapia, se convierte perfectamente en un terapeuta del arte y debe aportar asistencia técnica y apoyo emocional. Tiene que estudiar y responder a los aspectos tanto ocultos como evidentes de la producción artística y del comportamiento del niño y usará sus conocimientos para asistir al niño en la producción de trabajo artístico que contenga y exprese material cargado emotivamente.
           
            Debe registrar las expresiones o conductas de los participantes que le parezcan importantes para el seguimiento y apoyo de cada niño y referir al psicólogo todo aquello que pueda favorecer la atención que este profesional le ofrece al estudiante y aprovechar todo aporte que pueda dar al trabajo que realiza el docente.

            Mis propios resultados obtenidos durante mi experiencia como arteterapeuta, me han permitido concluir que el arte es una herramienta de gran valor para el desarrollo emocional y social de todo individuo, por lo que es necesario crear mecanismos para que se desarrolle como estrategia didáctica a nivel masivo con todos los estudiantes. Lógicamente, no deberían postergarse las oportunidades de atención hasta que los niños, niñas y adolescentes, evidencien problemas en su vida cotidiana o en el aula, que afecten su rendimiento escolar. Debería permanecer abierto un espacio para la libre expresión artística en cada escuela, para cada niño, niña y adolescente del país.




















 
 


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


Altman, Julie. (2009) Margaret Naumburg. Jewish Women´s Archive.
            [Enciclopedia en línea]. Disponible:
[Consulta: 2009, Mayo 10]

American Art Therapy Association (AATA) (S.F.) Arteterapia. Disponible en:
            www.arttherapy.org.


Asociación Chilena de Arteterapia. (s.f.) Arteterapia [Página Web en línea].
2009, Mayo 16]

Covarrubias, Thusnelda (2006) Arteterapia como herramienta de intervención para el proceso de desarrollo personal. [Tesis] Santiago: Universidad de Chile.

Guadiana, Laura (2003). Las artes expresivas en la persona: un sendero
            alternativo en la orientación y la educación. Entrevista a Natalie
            Rogers. Revista Electrónica de Investigación Educativa. [Revista en
            línea].
[Consulta: 2009, Mayo 14] 


Gutierrez, Marjorie (s.f.) Aproximación al arteterapia desde una escucha
            psicoanalítica. Fort-da. [Revista en línea].
Disponible: http://www.fort-da.org [Consulta: 2009, Mayo 14]

Kramer, Edith (1982). Terapia a través del arte en una comunidad infantil.
            Buenos Aires: Editorial Kapelusz.

Kramer, Edith (1985). El arte como terapia infantil. México: Editorial Diana.


Lowenfeld y Lambert (1980). Desarrollo de la capacidad creadora. Buenos
Aires: Editorial Kapelusz.

Pacheco, Manuel (2008). Arteterapia una disciplina de lo espiritual. Tecnic
            [Revista en línea], 5.  Disponible: http://revistatecnic.net [Consulta:
            2009, Mayo 14]

Piaget y otros (1971). Los estadios en la psicología del niño. Buenos Aires:
            Nueva Visión.

Pillow; B.H. (1998) Young children’s understanding of attentional limits. Child
            development. Ontario: Blanton.

Rice, Philip (1997). Desarrollo humano. México: Prentice-Hall.

Romero, Beatriz (s.f.). Arte terapia. Otra forma de curar. Revista Educación y
            Futuro [Revista en línea]. Disponible:
            http://www.cesdonbosco.com/revista [Consulta: 2009, Mayo 15]

Silva, Penélope (2009). Arteterapia: vívida expresión del mundo externo.
            Vecino Saludable, 32, 20-21.

Torres, Eduardo (2005). Taller de arte terapia en el tratamiento de una
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Varea (2000) El rol docente. Contexto Educativo. Revista Digital de
            Educación y Nuevas tecnologías. Año IV - Número 21.  


Viktor Lowenfeld. [Página Web en línea]. Disponible en:      http://es.wikipedia.org/wiki/Viktor_Lowenfeld  [Consulta: 2010, Mayo

            11].

domingo, 13 de abril de 2014

Fotogramas

Mis primeros fotogramas...
¡Cómo disfruto hacer esto!

Fotograma 1



Fotograma 2



Fotograma 3


sábado, 5 de abril de 2014

Aristóteles II

Arte, Aprendizaje y Ética

Aristóteles nació en Macedonia en el 384 a. C., desde esa época para acá sus principios han sido fuertemente seguidos y estudiados hasta que, a fuerza de constancia, ya muchos forman parte de nuestro sentido común. Fundó una escuela de filosofía que recibió el nombre de Liceo. Durante años permaneció al frente de su escuela, así que se encargó de educar de acuerdo a sus dogmas a muchas personas. También escribió montones de libros.
La principal obra que someramente analizamos aquí es la Filosofía Primera o Metafísica de Aristóteles. Hay que tomar en cuenta que él, a diferencia de Platón, esboza una metafísica de la belleza y analiza la función del arte en la sociedad.
Los procesos cognoscitivos para Aristóteles resultan necesariamente “grados de conocimiento”. En el libro Metafísica, se plantea que los momentos o grados de conocimiento son seis:
  1. Sensación.
  2. Memoria.
  3. Experiencia.
  4. Concepto Universal.
  5. Arte.
  6. Ciencia.
Según el filósofo la memoria se vincula con el aprendizaje (algo que a mi, particularmente, me parece lógico y lo comparto). Pero él insiste en que no todos los animales dotados de memoria pueden aprender: “son capaces de aprender los que, además de memoria tienen sentido del oído” (!!!). Esto me parece tan extraño, verdaderamente no puedo compartir su opinión al respecto.
El arte, explica Aristóteles, surge a partir de muchas experiencias: “de muchas experiencias unificadas por el entendimiento nace el arte” (ob. cit.).
Las “artes útiles” son las que modifican las cosas para conseguir un provecho o para satisfacer una necesidad material. Las “bellas artes”, son las que, al cambiar los objetos, pretenden procurar placer estética y llenar exigencias espirituales.
La arquitectura para este filósofo es simple “arte utilitaria”. En el libro VI (ob. cit.) divide todo conocimiento intelectual en tres especies:
  1. Práctico.
  2. Poético.
  3. Teórico.
Las “bellas artes” producen placer, gozo y alegría. El hombre es quien las produce: “esto es lo que nos diferencia de los demás animales”.
Por otro lado, la sustancia (o substancia), está relacionada con el Ser. Es lo que “sub-está”, no es visible ni aparente, pero sirve de soporte a las apariencias. La sustancia está detrás de lo que se ve de las cosas, de su apariencia.
Un ser recibe su configuración de la forma, y es que, todo ser es un ser formado. La forma no es la imagen visual. “La forma es el principio que determina cualitativamente al ser y a consecuencia de la cual el ser es lo que es”.
Sin embargo, la forma sola no puede hacer que un hombre sea hombre, porque es siempre una noción universal. Para llegar a la sustancia concreta se hace necesaria la materia. Todo cuanto existe en el espacio y en el tiempo es compuesto de materia y forma, pero éstas no existen separadamente, sino como una unidad que hace real a la sustancia.
En cuanto a la ética, Aristóteles señala en su libro Metafísica, que se refiere a que el hombre actúa (o debería actuar) tendiendo siempre a alcanzar algún bien. Habla de que siempre debemos examinar cuál es el “sumo bien” y en qué consiste el “bien supremo”.
Arisróteles comenzó su famoso tratado Metafísica con la siguiente afirmación: “Todos los hombres desean conocer por naturaleza. Un indicio de ello es el placer con el que tomamos los sentidos”.
Para Aristóteles el conocimiento se obtiene a través de los sentidos, es decir, por medio de la experiencia, con la cual también se producen las artes.
Si bien Aristóteles dio grandes aportes en cuanto a tantos aspectos como la política, las artes, las ciencias del aprendizaje y la cognición, apruebo que sus principios en torno a la obtención del conocimiento por medio de los sentidos haya sido la base para muchas teorías del aprendizaje, y es que yo también creo firmemente que un aprendizaje, a través de la experiencia, es un aprendizaje significativo, pero debo decir que, por otro lado, estoy totalmente en contra de su visión de los animales como seres inferiores o esclavos. Esta visión es influyente en este tema, no está aislada ni intento encajarla a la fuerza con este contenido. Y me apoyo en que si sus aportes en general fueron transmitidos y estudiados de generación en generación, formando incluso parte de nuestro sentido común, hay importantes aportes, claves para nuestra visión de la vida, pero hay otros peligrosos y nefastos aportes que han influído en la visión de otros seres con desprecio, racismo, especismo y sexismo. Así que no puedo seguir ciegamente sus teorías sin ser crítica.
Es poco ética la realización de experimentos con animales no humanos, también en el área educativa, no obstante desde un punto de vista aristótelico no lo sería, ya que “ellos son nuestros esclavos”. Las ratas de laboratorio, perros y palomas son usados en investigaciones relacionadas con nuestro aprendizaje (a pesar de que nosotros supuestamente tenemos más almas que ellos, aún así, irónicamente y a la fuerza, intentan generalizar las teorías hacia nuestra especie), incluso basándose en los principios del aprendizaje a través de los sentidos.
Siempre, siglo tras siglo, hemos hecho uso de nuestra supuesta superioridad para tener esclavos (llámense animales, negros, indígenas, mujeres, la naturaleza en general...) y sólo basta que algún ser se vea impedido de alguna manera, que lo utilizamos.
Conocemos sobre ética pero no lo aplicamos siempre, nuestra ética no tiene un amplio radio de acción, tiene marcados límites, tal como nuestra compasión: NO SOMOS ÉTICOS CON TODOS. Y, aunque por un lado señalamos que los animales no aprenden igual que nosotros, no tienen “logos” y por ende no están a nuestra altura intelectualmente ni de ninguna manera, por otra parte los usamos, sin importar todas esas diferencias para obtener información sobre “nuestras maneras de aprender”.
Leí en un libro de Tarpey (2000), experto en el área de aprendizaje animal y profesor de Psicología en la Universidad de Bucknell, que se utilizan animales en la investigación del aprendizaje “porque con ellos se pueden realizar experimentos controlados que no podrían hacerse con sujetos humanos, porque estos son demasiado inteligentes o porque, desde un punto de vista práctico y ético (!!!), no sería apropiado”.
Entonces, el asunto de la ética es un problema serio y delicado, afortunadamente los tiempos van cambiando, los animales cada vez tienen más derechos y más gente que los defienda y que están en contra de seguir esclavizando (e incluso torturando) a seres inocentes, bajo el único supuesto de que son “inferiores a nosotros”.
Además, creo que la las “sustancias” de muchos animales no humanos y de los seres vegetales, aún no teniendo todas esas almas que según Aristóteles nos caracterizan, son sustancias más “éticas”, entendiendo que todo a nuestro alrededor tiene sustancia y definiendo la ética como la define nuestro mencionado filósofo: “el alcance del sumo bien”. ¿O es que en verdad sólo los seres humanos tienen ética?
Resulta que estos “seres inferiores” a quienes yo misma califico con más ética, si matan, lo hacen por hambre, instinto o defensa. A nosotros por lo general nos mueven las ansias de poder, e incluso, en función de nuestra “ética” cometemos los crímenes más atroces y los abusos más despiadados que se puedan cometer. La mayoría de las veces estos crímenes son totalmente legales.

Bibliografía

Albornoz, José (1985). Nociones Elementales de Filosofía. Valencia: Vadell Hermanos Editores.
Aristóteles (2006). Poética. Caracas Monte Ávila Editores.
Tarpy, Roger (2000). Aprendizaje: Teoría e Investigación Contemporáneas. Madrid: Mc Graw Hill



Alaridos Plásticos

El taller de arteterapia Alaridos Plásticos es dictado por la profesora y artista plástico Hora Hís, los sábados a las 10 de la mañana en el...