Las sillas no son para sentarse
"Un artista irreverente por naturaleza, diseñaría un libro imposible
de leer o una silla imposible de usar"
Carlos Cruz Diez
A juicio de Carlos Marzal:
¿A quién se le ocurrió la absurda ocurrencia de que las sillas son para sentarse? ¿Quién fue el pedestre propagador de semejante leyenda? Por esa paupérrima regla de tres, las camas deberían usarse para dormir, las lámparas para proyectar luz sobre las cosas y los tenedores para llevarse la comida a la boca. Semejante mentalidad utilitarista me resulta de una pobreza aberrante. Qué desfachatez. Que falta de imaginación. Qué atropello a la creatividad de la especie humana.
Ya decía Salvador Dalí:
Una silla no debe servir nunca –NUNCA-, para sentarse; pero, llegado el caso de que se corrompa su uso natural y alguien pretenda utilizarla para dicho fin, quien se siente en una silla está obligado a hacerlo de la manera más incómoda.
Mis marcalibros NO se peinan, Y TIENEN PELOS…
Pero NO en la lengua.
Pintura, gráfica... cabello humano.
Alaridos plásticos.
Disponible en la tienda del Museo Carlos Cruz Diez (Caracas) y por el 0424.129.57.32
