jueves, 27 de febrero de 2014

Manifiesto del Artista




Muchas veces me simpatizan más los carpinteros, zapateros, etc. Que toda esa manada de estúpidos dizque civilizados, habladores, llamados “gente culta”.
Frida Kahlo

Aún inspirados en la naturaleza, los hombres y las mujeres son los que realizan las pinturas, fotografías o esculturas a las que denominamos “obras de arte”. El arte, pues, es creación del hombre.
Se suele decir que ciertas obras se parecen más a la realidad que otras, pero es raro que dos artistas interpreten la “realidad” de la misma manera. Todo arte depende entonces de lo que el artista sienta o quiera transmitir.
Podemos incluso percibir sentimientos y emociones en determinadas obras, como “turbación” en algunas caras “en desorden” de Picasso, “esperanza” en medio de una “gran tristeza”, en las amarillas estrellas dentro de los azules cielos, de Van Gogh, o “miedo” en El grito de Munch.
Frida Kahlo, por ejemplo, nunca siguió ninguna escuela o influencia de nadie (según ella misma explica en una de sus cartas a Carlos Chávez en 1939). Trabajó en base a sus sentimientos y por la mera satisfacción de crear.
Edith Kramer, terapeuta del arte, planteaba: “la autoexpresión a través del arte es buena para las personas, específicamente para las que no son felices”. Eso es el arte entonces: expresión y felicidad. Este es el sentido de toda realización artística.
Es inútil:


  • Separar el arte de la terapia (el arte en sí es una terapia).
  • Definir “Arte” únicamente como objetivo, meta o resultado de una élite, dentro de la que un grupo de personas se hacen llamar “artistas”.
  • Calificar como “artistas” sólo a personajes reconocidos socialmente como tal (hay tantos artistas totalmente desconocidos por la sociedad, y por lo cual no dejan de ser artistas).
Por otro lado, en las artes la “locura” es la mejor guía. Y es que sólo basta perder el miedo y atreverse a crear sin complejos ni tabúes, tal como lo haría un “loco”.
Así decía el Gato de Cheshire a Alicia:
"-Todos estamos locos por aquí. Yo estoy loco; tú también lo estás.
-Y ¿Cómo sabes tú si yo estoy loca? Le preguntó Alicia.
-Has de estarlo a la fuerza –le contestó el  gato-, de lo contrario no habrías venido aquí". Así es el mundo de las Artes.
Bien lo explican los doctores Krivoy, en su trabajo “Arte y sistema nervioso” (Fernández, 2003):

La habilidad de convertirse en artista, pareciera que requiriera de cierto grado de licencia o libertad interior por parte de nuestro lóbulo frontal, el gran inhibidor de nuestros impulsos primarios, lo cual lo hace comparable a situaciones regresivas y patológicas. Esta circunstancia se observa marcadamente en la expresión artística de nuestras patologías mentales y como se sabe, muchos artistas consumados son portadores al mismo tiempo de patologías neuropsiquiátricas severas.


Quizás aún existan personas que, como Wilde piensen que “el artista es el dios de las cosas bellas” Sin embargo ya hace tiempo que descubrimos que el arte es más que belleza (lo que no la relega)… El arte revela, define o devela a cada ser en su complejidad, determinado momento o circunstancia y en su relación con la vida. Eso hace a cada obra tan única y especial como su creador.
Hay sin lugar a dudas grandes verdades en la obra de Wilde (desde mi punto de vista, siendo la certeza tan relativa):

Ningún artista es morboso. El artista puede expresarlo todo (…) Todo arte es a la vez superficie y símbolo (…) Es al espectador, y no a la vida, lo que el arte refleja (…) Cuando los críticos están en desacuerdo, el artista está de acuerdo consigo mismo (…) Todo arte es completamente inútil.

Y explico esto último, que tal vez cree dudas o inconformidades:
El espectador da un significado a la obra, más no necesariamente es el que le da el artista. Y la inutilidad del arte la excuso y comprendo de esta manera: EL ARTE NO TIENE QUE TENER MÁS BELLEZA QUE LA QUE QUIERA O PUEDA TRANSMITIR SU AUTOR, NI MÁS UTILIDAD QUE LA DE EXPRESIÓN O FELICIDAD PARA EL MISMO (la utilidad subyace más poderosamente en el proceso creativo que en el resultado final).
No por “inútil” o “feo” (esto tan relativo como la verdad), el arte ha de dejar de ser arte.



La mujer que llora.
Picasso


Bibliografía

Carroll, Lewis (2010) Alicia en el País de las Maravillas. Madrid: Santillana
Fernández, Federico (2003). El Arte de la medicina en el Arte. Caracas: Editorial
Ateproca.
Kramer, Edith (1985). El arte como terapia infantil. México: Editorial Diana.
Tibol, Raquel (2004). Escrituras de Frida Kahlo. Venezuela: Plaza y Janés.

Wilde, Oscar (s.f.). El retrato de Dorian Gray. www.infotemática.com.ar


Nota:
Luego de una intensa discusión en clase en torno a "la utilidad del arte" (o su "inutilidad"), debo agregar a este , mi manifiesto de artista, que el arte también puede tener el fin de educar o de hacer sentir, empáticamente, a algunos espectadores, sean estos pasivos o activos, las necesidades o intereses del artista que ha creado la obra.
El arte puede educar, sensibilizar, crear dudas, aversión, disgusto o placer, según sea el caso. Por tanto, en cada obra hay todo un currículo oculto que un artista se puede (o no) haber esmerado en definir (puede tener mensajes que él consciente o inconscientemente ha plasmado allí) y de pronto los espectadores recorremos ese camino ideado por el autor, ya sea rechazándolo o aceptando abiertamente su invitación a recorrerlo.

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