El conocimiento no está en nuestra cabeza, sino entre nosotros. Emerge desde
el pensamiento público y social, porque la conversación y el conocimiento
social derivado de ella nunca finalizan.
Weinberger
La autoeducación, estoy convencido, es el único tipo de educación que existe.
Isaac Asimov
El término Web 2.0 incluye aquellos
sitios Web que facilitan el compartir información en la World Wide Web. Así, los
usuarios dejan de ser usuarios pasivos para convertirse en usuarios activos,
que participan y contribuyen en el contenido de la red siendo parte de una
sociedad que se informa, comunica y genera conocimiento.
Hago una comparación con lo que definía
Isaac Asimov (escritor y bioquímico estadounidense, nacido en Rusia, en 1920)
como BGC o Biblioteca Global Computarizada:
El progreso del conocimiento humano podría estar llegando a su
conclusión debido a su propio éxito superlativo (…) se registrará cada vez más
información en microfilmes y aumentará la información disponible por ordenador
(…) los seres humanos tendrán que decidir qué información será introducida (…)
todas las computadoras serán capaces de recuperar información, así como de
informar cualquier tema (…) No hay peligro de que esto acabe con el sector de
las publicaciones, que simplemente cambiará su modo de trabajo. Es más: es muy
posible que con este cambio adquiera más importancia de la que tiene ahora (…) Un
mundo de personas que estarán siendo educadas de acuerdo con su propia
dirección y ritmo construirá un fenómeno intelectual increíble con distintas
áreas de interés.
Este escritor divagaba, anticipándose
muy tempranamente a todo lo que ahora se cuestiona acerca de la Web 2.0, viendo
para entonces innumerables beneficios en torno a nuestro progreso intelectual.
Romani y Kuklinski (2007), analizan
la política de la Web 2.0, cuestionando las ideas de corto alcance que genera,
debido al protagonismo de amateurs y, sobre todo, de charlatanes. Evocan críticas
como aquellas que declaran que la Web 2.0 funciona bien para crear comunidades
pero no para aportar contenidos de calidad.
La Wikipedia, por ejemplo, tiene
graves imprecisiones generadas a raíz de su libertad editorial. Los autores
afirman que el amateurismo colectivo aumenta este ruido en la red.
Yo pienso que no sólo los
profesionales y editores tienen derecho de producir información, emitir
conocimiento y compartir contenidos en la industria cultural, ya que existe
mucha gente culta, no profesional, capaz de transmitir conocimientos resaltantes
incluso hasta para los más estudiados.
Gracias a estos avances, tenemos aulas
virtuales, nuestros blogs, comparto experiencias con mis amigos de Facebook e
incluso tengo un canal en Youtube.
Ya se anticipaba Asimov (y muchos
pensaban que estaba loco):
Llegará el día en que cada ser humano tendrá un canal de televisión
específico que podrá ser sintonizado por un dispositivo computarizado, que será
su conexión con el conocimiento acumulado del mundo. La sintonización podrá
realizarse desde cualquier lugar, ya que la gente podrá llevar consigo un
dispositivo portátil. Se podrá preguntar (por la dirección de un camino, por
ejemplo) y recibir la respuesta por medio de una voz o de un texto escrito.
Por supuesto, considero que en
muchos sitios Web debería existir una edición de lo que se expone para evitar
la distorsión que pueda ocasionar cualquier charlatán. No obstante, los
investigadores sabemos que debemos recurrir a diversas fuentes para descubrir
la más apropiada y verificar la legitimidad de lo que se estudia.
Bien lo expresan Romani y Kuklinski
(ob. cit.):
Ni los editores son los protectores de nuestra cultura (…) ni los
contenidos de la Web 2.0 son la revolución mediática que liberará a los
ciudadanos de los intermediarios, construyendo mejores sociedades. Es incorrecto
juzgar a toda la producción Web 2.0 como amateur, cuando se trata más de una
plataforma posibilitadora, donde conviven múltiples modelos de producción.
En cuanto a la propiedad intelectual,
si creo que es terrible que se despojen las ideas ajenas, teorías, tratados,
literatura y más, pero toda persona que
considere que su aporte cultural es de gran relevancia, puede recurrir a su
registro. De esta manera se podrá difundir el trabajo destacando a su autor
obligatoriamente.
Siempre deberíamos compartir
información con previa autorización del dueño de la misma y, en dado caso de
que sea material intelectual, artístico, etc. necesariamente se tiene que destacar
al creador.
Por causa de este intercambio
comunicativo también se propagan virus y hay robo de datos e identidades. Son
algunas de las desventajas de esta tecnología.
(Imagen: Asimov ilustrado por Rowena)
BIBLIOGRAFÍA
Asimov (1996). Crónicas del futuro. Girona: Tikal
Romani y Kuklinski (2007). Planeta
Web 2.0. Inteligencia colectiva o medios fast food.
México:
Universitat de Vic
http://es.wikipedia.org/wiki/Web_2.0
No hay comentarios:
Publicar un comentario